Casting Hanna Longbottom

Aish *0* apenas vi el foro (que apropósito está muy lindo) me fijé en los personajes canon, vi a Hanna y supe que era (sí, soy una loca de la metafísica) jaja. Me encanto, me surgieron un millón de ideas y me dieron muchas ganas de poder darle vida. Así que aquí voy, espero hacerlo bien (:

"Aburrido, aburrido, aburrido", me repetía en mi cabeza con cada paso hacia el calvario, ya perdón, Historia de la Magia (sinónimo: infierno). Vamos, ¿quién soporta esa clase? ¿tu sí?, porque yo no. Por Merlín que profesor más aburrido, estaba prácticamente segura que le aumentaban el sueldo por cada palabra aburrida que decía o por hacer el tono más monótono. No podía soportarlo. Ya sí sé, Pepe Grillo, si deseo con tantas ansias ser Auror debería ir a clases porque necesito excelentes notas, pero vamos ¿De qué me sirve saber la historia de unos cuantos viejos?, por favor si alguien encuentra una buena respuesta que me la diga porque ya lo decidí: no voy a ir. No, no y no. A Hanna Longbotton no le da el cuero para estar una hora y media escuchando a un profesor sin moverse, sin reírse, sin gritar, sin saltar y porque no decirlo sin llamar un poco la atención. Lo admito me gusta llamar un poquito, pero solo un poquitito la atención.

Mis pasos iban decididos a otra dirección ya que interiormente ya tenía decidido a donde ir: mi refugio para las clases de Historia de la Magia. Sí, no es la primera vez que me escapo, pero juro que no van muchas, dos, quizá tres, como mucho cuatro. Prometo por mi querido padre que desde hoy no falto nunca más. - Hey Han ¿no subes? - maldición, me han pillado. Me giré lentamente y me encuentro con una tejona. ¿Qué digo?, miente Hanna, miente - Voy al baño volando y vuelvo a clases - miento con mi mejor sonrisa, eso no puede faltar, mi sonrisa - Bueno, nos vemos - ya está. Esa es otra cosa que te prometo Pepe Grillo no mentir más. Continué prácticamente corriendo hasta que por fin llegue a la cocina. ¿Qué como llegué?, lo siento, ese un secreto que no puedo revelar. Los beneficios de estar de un novia con un bromista.

Entré en la cocina con una sonrisa de oreja a oreja - ¿Dónde está mi elfina favorita? - pregunté en busca de Dixie, una elfina que me recibía cada vez que tenía hambre o cada vez que me escapaba de clases - Señorita Longbotton - ahí estaba con su leve tartamudeo - Cuántas veces te tengo que decir que no me llames señorita. Llámeme Lou, Dixie, mis amigos más cercanos son los únicos que osan llamarme así - dije guiñándole el ojo. Era cierto, mi segundo nombre era Louise, lo odiaba profundamente, pero mi padre tenía la manía de llamarme Lou y con el tiempo mis amigos más cercanos lo escucharon y empezaron a llamarme así. Era un privilegio - Se lo agradezco, Señorita Longbottom, pero yo jamás podría llamarla de esa forma - me eche a reír, era tan adorable - ya te convenceré - lo lograría, juro que lo lograría - ¿Tiene hambre? - siempre tenía hambre - Un poquito - disimule. Por Merlín, cada vez que entraba a este lugar salía con dos kilos de más. No pasaron ni dos segundos y apareció Dixie con un pedazo de torta, mis ojos agarraron un brillo singular. Tomé el tenedor y me eche un pequeño trozo a la boca. Maldición, mi favorito - Ves que somos amigas si sabes cual es mi favorito - torta de limón, me encantaba y este trozo en particular poseía la acidez y el dulzor perfecto. Les juro que podría quedarme toda la tarde en este lugar.