Casting para Jason Colleridge

Cuando hay que decantarse por un adulto, o en este caso por un profesor, siempre intento buscar aquel personaje que sea más difícil de tratar, o que cueste más de rolear. Jason da el perfil de adulto con un misterioso presente y pasado. Un hombre impredecible y curioso, y sin duda eso me hace pensar que será interesante y entretenido de jugar con él. Además, al controlar un personaje femenino, me apetece controlar también a uno masculino, y para no elegir un alumno y pasar prácticamente por lo mismo que paso ahora con la chica, escojo a este personaje para darme más variedad.

De vuelta al hogar, de vuelta a Hogwarts. Qué raro se le hacía al joven aventurero regresar a esas puertas y sentir esa brisca en sus mejillas rotas de nuevo. Ese viento dulce que hacía bailar sus pequeños mechones marrones encima de sus hombros, y ese brillo inconfundible que aparecía en su mirada al revivir los momentos que había vivido el año pasado dentro de esos ladrillos… “El tiempo pasa muy rápido” pensó, respirando nuevamente para volver a llenar sus pulmones de ese aire agradable.

Volvió a recoger su maleta, que segundos antes se encontraba en la dura piedra del suelo esperando a ser transportada a su rincón, y se encaminó despacio hasta su despacho. Seguramente todo estaría tal y como él lo había dejado antes de poner rumbo a Alaska; lugar donde había pasado este verano las vacaciones, entre otros lugares…
Se tomó su tiempo para observar el castillo, dejando una cara estupefacta como si fuera un alumno de primer año. Pasó delicadamente su mano áspera por la pared al subir las escaleras y seguidamente comprobó su tacto al pasar su dedo pulgar por las yemas. “Impoluto.” susurró, pues Hogwarts siempre se encontraba radiante y las paredes era una prueba evidente.

Al llegar a su destino, suspiró y acarició el pomo de la puerta antes de abrirla; debía estar preparado para hacerlo, pues una vez que entrase en esa habitación su rutina como profesor volvería a tomar el control de su vida. Así pues, decidido a tomar esa decisión, abrió la puerta de un golpe y el olor a colonia se abrió paso hacia él. Era su colonia, era su olor. No había señales aparentes de que alguien hubiera entrado ahí, todo parecía estar en su lugar correcto.
Sonrió levemente con una sonrisa torcida y dejó la maleta en su esquina correspondiente, encaminándose después hacia la ventana para dejar paso al aire puro. Entornó la mirada hacia su despacho y la inspeccionó rápidamente en busca de anomalías. “Tal y como la dejé.” dijo, sintiéndose orgulloso de tener un despacho impecable y ordenado.

Y ahora, las normas que aplicaba con su despacho, las tenía que aplicar con sus alumnos; de nuevo volvería a dar clase y querría terminar el año sintiendo que educó a los alumnos para que fueran impecables y ordenados.